Se está celebrando en Méjico la XVII Conferencia Internacional sobre el SIDA. En estos días se está recordando que ya llevamos al menos 20 años con el VIH entre nosotros, si apuramos el pico del 2008 estaríamos mas cerca de la treintena.
De forma global y muy resumida los mensajes que mas se oyen son dos: No hay vacuna y los casos están aumentando. Me preguntan algunas personas si dos década son mucho o poco tiempo y en tal caso cúanto tiempo se necesita. Pues ni una cosa ni la otra, veinte años significan una generación, mas bien dos en muchos sitios. Veinte años significan que los jóvenes que antes tenían 0 años ahora son veinteañeros y que por lo tanto deberían conocer el VIH y todo lo que le rodea al dedillo, han tenido tiempo mas que suficiente, algunos tienen ya una profesión. Una generación significa que los que eran jóvenes avispados y deseando comerse el mundo ahora son menos jóvenes pero con veinte años mas de relaciones, de canas y muchos con algún hijo que otro, si además éstos son la segunda generación, más fácil lo tendríamos que tener. En verdad ésta no es la realidad social; los jóvenes conocen la palabra SIDA pero desconocen todo cuanto le rodea y para espanto, los menos jóvenes, aquellos que recibieron toda la artillería de las campañas para intentar frenar el nuevo brote, tienen la misma actitud que los primeros, esto significa que no tienen ninguna actitud. En definitiva, parece que hemos perdido el tiempo y bastante.
La Conferencia no es un Congreso científico, menos mal porque en medicina ya pocos Congresos sirven para algo. Internet se ha encargado de que sepamos qué se hace a kilómetros de aquí y hasta podamos comunicarnos con quien lo hace. Los Congresos tenían el objetivo de traernos a casa lo que hacían otros y aplicarlo aquí. Las Conferencias son puntos de encuentro a modo de resumen de las mejores jugadas pero contadas por sus participantes. Ésta en concreto es una reunión muy política donde la gente va a darse un tirón de orejas los unos a los otros y a recaudar dinero para la causa, lo cual en este caso ya es bastante.
Pero he dicho antes que estas reuniones tienen la finalidad de traerse para casa las buenas ideas de los demás, y lo digo sin ironía, es lo que hay que hacer. ¿Qué buenas ideas merodean por la Conferencia?. Una de ellas dicha claro pero no alto o no al público adecuado o no a gusto de la mayoría es que el VIH forma parte de nuestras vidas, no es un accidente casual y por lo tanto no va a disminuir el número de casos, menos aún si cada vez se promueve mas que la gente se haga las pruebas para su detención. Ya ha entrado a formar parte de nuestro catálogo de enfermedades y por lo tanto todos los planes, programas, proyectos deben incluir el futuro inmediato y el menos inmediato. La próxima generación debe ser experta en VIH como lo es en lavarse las manos o en pararse ante un semáforo en rojo. En la teoría y en la práctica.
Otro rumor, se dice, se cuenta, es que el VIH es una enfermedad social. Por favor el SIDA en España no es el de Holanda ni éste el de Guatemala, ni el de Sudáfrica ni el de Laponia, ni el de ningún otro país. Como ya están afónicos de hablar debe ser que a los que saben de esto no se les consigue escuchar. En la propagación del VIH hay presentes factores sociales, económicos y educativos que ningún programa de preservativos va a cambiar. Que lo digan las asociaciones pro-derechos humanos, LGTB, foros sociales o cualquier otra ONG no le resta importancia aunque para muchos sí que le resta credibilidad. Debe ser que trabajar a pie de calle no queda muy científico. Pocas batallas sobre las primeras investigaciones han escuchado los que no se fían de las opiniones de estos colectivos. Libros como “Un remedio invisible”, escrito por una científica ya nos dan una lección, un buen repaso sobre esto.
Mientras tanto la comunidad científica de qué habla, qué se cuece entre la medicina pura y dura. Pues en las últimas dos semanas la revista “The New England Journal of Medicine”( para quien no lo sepa es el periódico semanal de cualquier médico, cada jueves repasamos su table of conteints en busca de lo último que se está investigando), el NEYM ha hecho referencia en las dos últimas semanas al VIH. La primera fue para exponer un trabajo acerca del Raltegravir, un nuevo fármaco para el tratamiento del VIH que supone una vía diferente, una forma de actuación diferente . Deja el artículo varias llamadas de atención acerca de las ya conocidas y temidas mutación y resistencia del VIH, culpables de que el número de fármacos aumente y haya que buscar alguno nuevo constantemente y de que la vacuna no llegue.
El segundo es un artículo online, no presente en la publicación impresa, es como un adelanto que por su interés y relevancia se publica previamente en la versión electrónica. En él se analiza el programa de fondos aprobado por el Gobierno de los EEUU para el SIDA en el 2003 y con una duración de 5 años, el PEPFAR o Plan de emergencia presidencial contra el SIDA. Dos realidades diferente se exponen; la de los países con escasos recursos económicos donde las medidas han sido campañas encaminadas a la modificación de comportamientos o hábitos, y la de los países con mas recursos donde se ha invertido el dinero en nuevos antirretrovirales que han permitido reducir las secuelas del VIH. Las medidas tomadas en las campañas de prevención han sido criticadas puesto que se han visto influenciadas por posturas ideológicas o religiosas como basarlas en la abstinencia, la falta de apoyo a los trabajadores del sexo o la oposición al intercambio de jeringas usadas por otras nuevas en los usuarios de drogas por vía parenteral.
¿Qué carencias tienen estos países para implantar las medidas que se han hacen en los países mas ricos?. Varias nos señala el autor empezando por la presumiblemente falta de cumplimiento del tratamiento por parte de la población afectada, pero basada en la ausencia de personal cualificado para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento, en la carencia de laboratorios y de una producción farmaceutica fiable. Todo ello presente en los países mas agraciados. Este es uno de los tirones de orejas a los que me refería arriba. No le puedes pedir a la población la misma respuesta sin no le das las mismas facilidades.
¿Qué ha aportado este programa?, ¿Qué es lo nuevo que hay que llevarse?. Obviamente el número de personas que han tenido acceso al tratamiento antirretroviral. Pero lo que aquí se resalta es el desarrollo durante todo este tiempo de una red de participación multidisciplinar que abarca a varios sectores administrativos, económicos o políticos y que se extiende y organiza de forma estatal, regional y local. Es decir una telaraña organizativa para que cada estado delegue en cada región y se provea a la comunidad de la asistencia continuada necesaria, de manera que no se pierda todo por el camino. En resumen, yo pongo el dinero pero usted se organiza para que llegue al ciudadano de la calle y en mano, pero le exijo que se organice.
¿En qué ha fallado?. Veamos, la gente con VIH sigue estigmatizada, sigue existiendo desigualdad de sexos, la falta de educación para la salud en la población joven, la falta de oportunidades para la gente joven o el desarrollo de planes políticos que no favorecen la atención sanitaria por igual son algunos ejemplos. Creo que esto ya lo he comentado en el apartado de rumores de la Conferencia.
Muchas cosas para un bicho llamado VIH y una enfermedad llamada SIDA. En veinte años han aparecido todos estos temas y me temo que tenemos mas de un suspenso. En otros veinte años tendremos cuatro generaciones, en algunos países eso es toda una vida, para algunos enfermos de SIDA también. A lo mejor eso es lo que necesitamos para irnos dando cuenta, toda una vida.
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